martes, 20 de marzo de 2012

No a la reforma educativa precarizadora de la educación.


El Gobierno del PP ha anunciado su intención de cambiar la actual estructura educativa  de 4+2, es decir cuatro cursos de secundaria  más dos de bachillerato o formación profesional, a 3+3, tres cursos de secundaria común más dos de bachillerato o formación profesional de grado medio, dividiéndola en dos etapas de la misma duración. Dicho de otro modo, propone ampliar el bachillerato a costa de quitarle un curso a la educación obligatoria común para todo el alumnado.
De los 49 países de Europa, de ellos 30 más desarrollados industrialmente, en 16 comienza la formación secundaria superior a los 16 años y solo en 14 de ellos comienza a una edad inferior, y los países que más éxito académico tienen -Finlandia, Alemania o Dinamarca- son aquellos cuyos estudiantes comienzan precisamente a los 16 años.
Es cierto que los países mencionados tienen un bachillerato de tres años porque lo que hacen es prolongar la enseñanza preuniversitaria hasta los 19, es más, en Islandia hasta los 20.

Prevemos que en  1ª de Bachiller las asignaturas comunes serán menos que las que hay ahora -cuatro en lugar de seis o siete en las comunidades de lengua cooficial- y el resto -hasta sumar 10 ó 11- serán bien de bachillerato o bien de formación profesional.
La Plataforma de Identidad Estudiantil se opone frontalmente a este modelo selectivo que trata por un lado de recuperar los viejos itinerarios bajo la denominación de vías formativas flexibles, a la vez que recorta el último curso de la ESO. Mucho nos tememos que esas vías terminen siendo itinerarios basura a los que arroje al alumnado con mayores dificultades cuando es precisamente ese alumnado el que necesita mayores apoyos y no puede ni ha de ser carne de cañón para los abusos empresariales.
Creemos que en su agenda oculta también se encuentra la posibilidad de concertar el bachillerato, que hasta ahora no es de etapa obligatoria como usted bien sabe. Con su propuesta se iniciará el primer curso de bachillerato dentro del último año de enseñanza obligatoria, por lo que este primer curso podría concertarse de pleno derecho con la iniciativa privada.
En relación con la Formación Profesional la propuesta de establecer un modelo dual similar al alemán en nuestro país no es más que un eslogan propagandístico, pero un eslogan envenenado que esconde la intención de desregular aún más la enseñanza profesional, lo que permitirá un recorte brutal del profesorado, y en instalaciones y componentes, materiales y equipos, que se suprimirán de los centros de enseñanza, es decir, una vez más, un ataque brutal a la formación educativa pública. Supondría, además, la absoluta subordinación de cualquier tipo de planificación educativa profesional a las necesidades de las empresas dominantes y de la coyuntura económica.
En cualquier caso, ningún modelo, sea el alemán de formación dual o el francés de formación para el empleo, puede ser copiado sin más por otro país. La historia, la cultura y el entramado institucional y legal, así como los recursos, son muy diferentes. Por tanto, en la agenda oculta del Gobierno lo único que tienen claro es que hay que privatizar y cuanto más mejor.

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